LAS BESTIAS BAILAN AFUERA | Reseña del nuevo disco de Hombre 2000
"Yo he tenido bandas de combate, no he tenido bandas de entretenimiento." Quizás esas palabras encajan con lo que es Hombre 2000, por supuesto el término no sale de mi cabeza sino de la del Indio Solari.
Es domingo 13 de octubre. Faltan 10 días para que salga "Las bestias bailan afuera", esperadísimo álbum de ¡11 TEMAS! de Hombre 2000. Acabo de escuchar el material de una forma bastante clandestina a decir verdad lo cual, lamentablemente para ustedes, significa que yo tuve una experiencia superior incluso con un parlante sin funcionar.
De combate. Anteriormente dije que Hombre 2000 suena a la parte de la película donde "los buenos” se preparan para rebelarse contra "los malos". No creo que se adjudiquen la etiqueta de bondad, ni que jamás la disputen, pero sí que saben quiénes son, qué decir y definidas cuáles batallas van a librar. También los temas que van a poner en discusión, para que alguien (quien se sienta tocade) se suba al ring. En cuestión de poco más de un año la mejoría a nivel música es notable, pero poco me interesa hablar de aspectos técnicos, qué pedal usan o sus técnicas de producción porque para mí este disco es la sensación de la sangre corriendo rápido dentro tuyo y va muchísimo más allá de esos detalles. Se celebra en momentos donde siento que la música se divide en dos polos: la literalidad bolichera y pedante o las metáforas tan pero tan complejas que para ser Spinetteanas están pasadas de rosca, terminando bastante similar a una IA simulando experiencias humanas. En este caso (y en este único caso), el punto medio es su máxima virtud, como supieron decirme en abril y efectivamente lograron. Primera escuchada para sentir, segunda escuchada para entender, y las siguientes para disfrutarlas.
No hay mayor conclusión que: bien por los pibes. ¿Qué se puede agregar? Esto es una bitácora de lo que me pasa a mí más de lo que es el álbum. Genero hiperfijación por las cosas bien hechas, cualquier obra que me provoque escribir más de 10 palabras. De hecho muchas veces en la intimidad y con vergüenza cuestiono mi propio fanatismo, si no quedaré intensa, si no estoy incomodando. Para mí es común y justificado este nivel de obsesión por las bandas que son genuinas y encima se dan el tupé de sonar bien, dar buenos shows y tener un nivel de irreverencia tan pero tan alto que obligan a esa defensa irracional, visceral.
"No me parece bueno tener entretenida a la gente mientras le están metiendo la mano en el bolsillo", continúa el Indio. Me parece que ahí está la búsqueda que interesa.
"Las bestias bailan afuera", lo nuevo de Hombre 2000.
Seguramente su presentación esté a la altura.
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